¿Por qué acumulamos?

por | Jul 11, 2020 | coaching, organización consciente

Por qué acumulamos, el primer paso de todo proceso de organización es la depuración. A la hora de depurar, nos encontramos cara a cara con el apego que le tenemos a las cosas. Para algunas personas el proceso de depuración es muy sencillo, para otras no tanto. Incluso me atrevería a decir, que esta parte del proceso de organización puede ser la más retadora.

Veamos entonces más de cerca algunos motivos por las cuáles acumulamos cosas en nuestros hogares, y la pregunra de, por qué acumulamos:

El famoso “por si acaso”

Uno de los principales motivos de acumulación, es el “por si acaso”. La necesidad de guardar cosas “por si acaso” puede estar revelando una profunda desconfianza y también mucho miedo. La desconfianza nos puede estar mostrando una creencia o incluso un juicio maestro, que nos habla de cómo percibimos y nos relacionamos con nosotros mismos, con otros y con el mundo. Algo así como: “el mundo siempre falla” o “todo falla”. Y claro, como el mundo siempre falla, nosotros debemos estar siempre preparados a todas las eventualidades, lo que nos lleva a guardarlo TODO.

La desconfianza

La confianza es un fenómeno complejo, y está directamente relacionada con la posibilidad de arriesgarnos. El asumir un riesgo implica atrevernos a hacer algo aun cuando no contamos con la garantía de que saldrá bien. Sólo podemos conectar con la valentía de aceptar nuestro miedo y simplemente hacerlo.

Cuando confiamos, nos abrimos a las posibilidades, y tenemos a la mano diferentes acciones, como el soltar y dejar ir, entre ello nuestras pertenencias y acumulaciones, e incluso el sostenernos en nosotros mismos cuando algo sale de una forma distinta a lo que nos imaginamos. Ejemplo: Regalaste algo la semana pasada, y ¡justo ahora lo necesitas! ¡Ups!

¿La buena noticia? Podemos construir nuestra confianza, no es algo definitivo ni estático. Así que si te sientes identificada con lo que estás leyendo, y estás pudiendo mirar en ti esta desconfianza, déjame decirte que se puede trabajar.

Podemos empezar a desarrollar una confianza de manera adulta, que tenga presenta la posibilidad de que el mundo falle (esto no lo podemos eliminar) y que nos permita proceder con cuidado y cautela. Así nos arriesgamos, dentro de ciertas condiciones que son necesarias para nosotros. Te hago un ejemplo:

Podrías dejar ir un objeto o prenda, cuando:

  • Tienes varias similares, o que cumplen una función parecida
  • Podrías prestarte la prenda u objeto de un amigo o familiar, o incluso de un vecino
  • Podría alquilarlo, por ejemplo, usando la plataforma: https://alquilab.com/
  • Podrías comprar este mismo objeto o prenda si realmente la necesitases (nuevo o usado)
  • Podrías encontrar alguna solución creativa, con otro objeto que te solucione el mismo problema (Ejemplo: ¿Regalaste la escalera vieja y rota? No hay problema, puedes usar una silla. ¿Necesitas el saco negro que regalaste? ¡Prueba una nueva combinación con la chompa verde!)  

Para aumentar nuestras posibilidades de crear confianza, podemos empezar a conocernos mejor. Así podremos identificar de una mejor manera lo que necesitamos para poder abrirnos y sentirnos a gusto confiando.

Puedes hacerte las siguientes preguntas:

  • ¿Qué necesito para confiar?
  • ¿Qué necesito para poder soltar?
  • ¿Cuáles son mis necesidades específicas?

El miedo

Además de la desconfianza, también aparece otra emoción que es el miedo. Cuando sentimos miedo, éste nos puede estar mostrando una pérdida futura de algo que es valioso para nosotros. En equilibrio, esta emoción nos predispone a actuar con cautela y nos conecta con la valentía. Esta emoción se hace cargo de protegernos para no perder aquello que valoramos.

Cuando estés depurando, y aparece el miedo, en vez de rechazarlo o ignorarlo, toma consciencia de que te está trayendo un regalo: te está acompañando para evitar que tomes una decisión impulsiva de la que te puedas arrepentir en el futuro, como por ejemplo descartar tu libro favorito de cuando eras niña, o un recuerdo atesorado de tu abuela.

Recuerda, el miedo nos conecta con la precaución necesaria en nuestras vidas para proteger aquello que nos importa.

Sin embargo, toma consciencia también de que, si el miedo es muy fuerte, éste nos paraliza y nos impide a actuar. Es ahí cuando miramos todas las cosas que tenemos al frente cuando depuramos, y simplemente nos acobardamos, cerramos el cajón o la caja, y no hacemos nada. Nos damos por vencidos sin ni siquiera haber iniciado la batalla. Y finalmente, el miedo nos lleva a sobre cuidar y controlar. El control trae consigo rigidez y una sensación de contracción, nos previene de fluir, de ver otras posibilidades y sobre todo no nos permite soltar.

Y así es imposible generar un cambio o una transformación de algo que nos incomoda.

Hazte las siguientes preguntas si reconoces que el miedo forma parte de tu proceso de descarte:

  • ¿Cuál es la pérdida futura que temes?
  • ¿Cuáles son las consecuencias en tu vida de vivir con miedo en exceso?
  • ¿Qué necesitas aprender del miedo?

Construyendo nuestra identidad

Otra razón que nos une a nuestras pertenencias es que las usamos para construir nuestra identidad. De manera consciente o inconsciente, nuestro hogar y nuestras pertenencias son una poderosa declaración de quiénes somos. Representan nuestro ego y nos ayudan a desarrollar una fuerte personalidad con la que nos sentimos a gusto, con la que nos movemos en el mundo. Desde pequeños, el hogar y su contenido nos permiten desarrollar un sentido del SER como individuos. Desde chicos al colgar afiches en nuestras paredes y decorando nuestros cuartos con adornos, estamos diciendo al mundo “¡Esta soy yo!”

Los objetos en nuestros hogares se vuelven extensiones de nosotros, de lo que somos. Nuestras pertenencias tienen nuestra energía. Sobre todo aquellas que usamos frecuentemente. Cuando intentamos deshacemos de un objeto, puede resultarnos muy difícil, ya que sentimos que nos estamos deshaciendo de una parte de nosotros.

Para entender mejor la situación, puedes hacerte la pregunta:
¿Qué función cumple este objeto particular en mi vida?

Aclaración: La respuesta no tiene que ver con la funcionalidad material del objeto, sino con su funcionalidad emocional.

Estatus y posición social

También compramos y acumulamos para mostrar nuestro estatus y posición social. Queremos aparentar ser alguien que no somos. Alguien que pensamos que “deberíamos” ser. Esto lo hacemos para ser aceptados y encajar en la cultura popular. Las cosas nos ayudan a compensar nuestra falta de autoestima.

En este mundo materialista es muy fácil perder de vista quiénes somos y por qué realmente estamos en este mundo. Recuerden que un día nos vamos a ir todos de este mundo, así como venimos. La felicidad la encontramos al poder soltar el cómo pienso que debería ser mi vida, y celebrarla por todo aquello que es.

Pregúntate: ¿Quién soy yo más allá de lo que tengo?

Seguridad

El autor americano Joshua Becker escribe en uno de sus libros sobre la importancia de protección y seguridad en la vida de las personas, sobre todo de los niños. Nuestra naturaleza humana busca y anhela un sentimiento de protección y seguridad. Y los objetos nos dan esta sensación de protección y seguridad. Pero esta seguridad es frágil y efímera. Mientras más tenemos, más aumenta nuestro miedo de perder aquellas cosas que ya adquirimos. Así que al final lo único que logramos es un efecto contrario.

Un estudio realizado por la Universidad de New Hampshire reveló que personas que no se sienten internamente seguras en sus relaciones personales frecuentemente dan mayor valor a las posesiones materiales. En otras palabras, personas que se sienten amadas y aceptadas, dan un menor valor a las posesiones materiales.

Como les mencioné, las los seres humanos valoramos las posesiones materiales, porque nos dan una sensación de protección, seguridad y consuelo. Sin embargo, personas que sienten amadas y aceptadas por los demás, conectan con esta sensación de protección y seguridad, sin tener que poner valor a las posesiones. Es más, las posesiones materiales, disminuyen en valor.

Estos hallazgos son particularmente relevantes para los que son padres. Frecuentemente y dado por nuestras vidas agitadas, el tiempo que pasamos con nuestros hijos es limitado. Es importante que reconectemos con la necesidad de mostrarles y enseñarles lo que es el amor, la amistad, la confianza y la compasión. Estas emociones nos llenan de manera sostenible, y contribuyen a la sensación duradera de seguridad en la vida de nuestros hijos y seres queridos. Procura incorporar a tus hijos en tu vida, para el bienestar de todos. Es el mejor regalo que les puedes dar.

Pregúntate:

  • ¿Dónde puedo encontrar esta seguridad que anhelo, que no sea en mis cosas?
  • ¿cuáles relaciones interpersonales puedo nutrir que me llenen con una sensación de seguridad y amor?  

Territorialidad

También acumulamos cosas por un sentido de territorialidad. Creamos vínculos con los objetos, y tenemos un deseo profundo de poseerlos. Esto tiene que ver con control y poder. Tiene que ver con poder decir “esto es mío y no tuyo”.

¿Te ha pasado que compras una prenda, digamos una blusa nueva, y por más que haya estado solo 24 horas contigo ésta ya forma parte de tus posesiones, y tienes fuertes sentimientos de propiedad sobre ella? ¿Sobre una blusa, que hace 24 horas no significaba absolutamente nada? No existía en tu vida. ¡Qué locura! ¿verdad?

Tenemos que entender que nuestra suerte y felicidad no depende de nuestras posesiones. Estas solo nos acompañan y nos ayudan en el camino, pero no son el camino.

“Más es mejor”

Otra causa de acumulaciones es el pensamiento “más es mejor”. El marketing nos genera necesidades que no necesariamente son reales. Esto nos pasa frecuentemente con nuestra ropa y zapatos, haciendo que los compremos en cantidades, gastando muchísimo dinero, a veces inclusive dinero que no tenemos generándonos deudas.

Pero más es mejor, ¿o no?

Tenemos esta idea de que con más opciones nuestro bienestar y nuestra calidad de vida van a aumentar. Pensamos que con más opciones, vamos a experimentar mayor sensación de libertad de elección, y que con eso vamos a ser más felices. Sin embargo, es todo lo contrario.

El psicólogo americano Barry Schwartz presenta en su libro “La Paradoja de la Elección” las desventajas del poder elegir entre numerosas opciones, haciéndonos en realidad menos felices y más paralizados.

Conforme más opciones tenemos, más energía y tiempo tiene que invertir nuestro cerebro en analizar las diferentes alternativas. Por otro lado, nos paralizamos a la hora de tomar una decisión, porque tenemos miedo a tomar una decisión equivocada. Y si finalmente logramos rebasar la parálisis y hacemos una elección, y no estamos 100% satisfechos, nos quedamos pegados pensando en las elecciones que no tomamos, lamentando la decisión que si tomamos, tiñéndola de insatisfacción y remordimiento. Mientras más opciones tenemos, más expectativas tendremos de encontrar una opción perfecta para nosotros, y si no la encontramos, nos exponemos a la eterna decepción e insatisfacción.

¿Puedes ver entonces las ventajas de reducir las prendas de tu clóset, o las acumulaciones en tu casa, no sólo para tener más espacio, sino también con el objetivo de aumentar tu bienestar?

Mezquindad y avaricia

También nos puede costar deshacernos de objetos por emociones como la mezquindad y la avaricia. Estas nos motivan a querer sacarle el jugo y el máximo provecho a cada objeto que tenemos en casa, por más que lo hayamos comprado en oferta o hasta los que nos hayan regalado.

¿La desventaja? Al aferramos tercamente a objetos que ni si quiera nos gustan, solo porque costaron dinero, cortamos el flujo energético. Lo nuevo y bonito no puede llegar a nosotros.

Pregúntate: ¿Cómo te sentirías si fueras abundante?

Emociones reprimidas por qué acumulamos

Las emociones reprimidas también nos pueden llevar a acumular. Los objetos nos ayudan a llenar vacíos, y nos mantienen súper ocupados. Esto nos sirve de manera extraordinaria para evadir aquello que no queremos afrontar.

¿El problema? Reprimir emociones nos toma muchísima energía. Mi sugerencia para ustedes es que poco a poco puedan empezar a liberarse de los objetos superfluos y observar las emociones que están debajo y que pueden aparecer. El primer paso de nuestro desarrollo personal es de generar consciencia. De ahí en adelante podemos partir con un nuevo aprendizaje. No trates de buscar la “solución rápida” a tus problemas, así no funciona nuestra sanación. Esto no es magia. Pero puedes empezar a recorrer un camino diferente que te abre nuevas posibilidades.

Les he presentado con muchísimas razones que nos llevan a acumular. Si alguna(s) de estas te resuena y crees que vale la pena profundizar, busca apoyo con amigos, familiares, o con un coach o psicólogo. Podrías recibir valiosa información al detenerte y mirar más de cerca tus apegos. Nuevas miradas podrían ayudarte a convertir aspectos de tu vida que ahora son obstáculos en nuevas posibilidades.

En caso sientas que tengas un Trastorno Obsesivo Compulsivo por favor busca ayuda de un profesional (psicólogo o psiquiatra). Este tema va más allá del alcance de amigos y la mayoría de coaches.

Para cerrar te dejo con esta pregunta: ¿Reconoces cuál es un posible aprendizaje para ti en base a estos motivos de acumulación?

¡Te deseo sesiones de depuración exitosas! Cuando te cueste soltar, recuerda que aferrarse es mucho más difícil. Tienes que aferrarte todos los días (¡qué agotador!), mientras que solo tienes que soltar una vez.

Cariños,

Por qué acumulamos

Por qué acumulamos

¡Bienvenida!

Regístrate y entérate de mis futuros lanzamientos y exclusivos beneficios para mi comunidad.

¡Bienvenida a mi comunidad! Qué gusto poder tenerte. Ahora recibirás todas las primicias y beneficios exclusivos. ¡Estamos en contacto!